Esto se va a seguir llamando Pandemia hasta que deje de usar barbijo para ir al supermercado, o hasta que me permitan cruzar la frontera de nuevo!
14 de mayo del 2020. Día 93.
Domingo = salí del trabajo tarde y agotada.
Nosotros pensábamos que con todo el tema del Corona íbamos a tener los peores índices de visitas de la corta historia de nuestro pequeño hotel.
Qué equivocados estábamos.
La última semana fue una locura sin precedentes.
Normalmente tenemos los fines de semana llenos, sobre todo en verano, pero el verano no arrancó y hasta los martes tenemos que empezar a rechazar gente por teléfono.
Todas las hojas del libro de reservas tienen la palabra «LLENO» escrito en mayúsculas, doble subrayado, con hasta 5 signos de exclamación. Se planteó incluso la idea de una lista de espera en caso de que se bajen reservas.
El hotel está copado hasta los lunes, día que solo se sirve desayuno y el restaurant después queda cerrado.
La gente hace cola en la calle frente al café, esperando bajo el sol, impidiendo el paso de los autos, para ver si consiguen un lugar.
Nosotros aprendimos a orinar por los poros para así ahorrarnos los 5 minutos que se pierden en ir al baño.
Mentira.
Pero sería tan útil…
Y con todo este agotamiento y estrés encima, el sentido común me recordaba constantemente que tenía que ponerme a estudiar apenas llegara a casa.
Y así, mañana es el examen, y yo estoy a la noche con cinta scotch pegada en los párpados tratando de memorizar el orden correcto en que se pone la mesa.
Me duelen los bolsillos.
Argenta Germánica 